lunes, 19 de octubre de 2015
BLOQUEO CONTRA LOS QUE BLOQUEAN
9:35 p.m.
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En junio de este año 198 millones de usuarios en
todo el mundo tenían instalados en sus dispositivos algún tipo de bloqueador
publicitario,según un estudio de Adobe y PageFair, una empresa que
desarrolla software para
contrarrestarlos. Apenas eran 54 millones en enero de 2013. Los ingresos que se
han dejado de percibir por publicidad por ese concepto alcanzan los 19.000
millones de euros, pero en poco quedan comparados con los 37.000 millones de
euros perdidos que el estudio aventura para 2016.
Los medios buscan nuevas formas de publicidad que
cautiven la atención de los usuarios sin provocar rechazo. Los contenidos
patrocinados son una de esas fórmulas, pero Apple trae malas noticias para
ellos: las extensiones para iOS 9 presumen de lograr bloquearlos también. El
caso de uno de sus grandes competidores, Google, resulta llamativo. Su buscador
obtiene beneficios de la publicidad, pero su navegador, Chrome, permite
instalar bloqueadores con facilidad. 126 millones de sus usuarios de Chrome, un
51% más que el año pasado, se sirven de algún tipo de softwareantipublicitario, aunque
Google, al menos, mantiene fuera de su catálogo de contenidos al gigante
alemán AdBlock Plus, bestia negra
de los anunciantes.
CBS ya bloquea a quienes quieren ahorrarse los 30
segundos de un anuncio antes de ver gratis un capítulo de The Big Bang Theory o CSI
Otros actores han tomado la iniciativa contra la
sangría de dinero. The Washington
Post, el noveno diario digital más leído del mundo con sus más de 24
millones de usuarios únicos, está redirigiendo a algunos de sus usuarios con
bloqueadores a su página de suscripción. Se trata solo de una tentativa, a
juzgar por lo que declaró un portavoz del periódico al portal web BuzzFeed: "Estamos ensayando diferentes enfoques para ver
qué mueve a los lectores [con bloqueadores] a habilitar los anuncios en The Washington Post o a
suscribirse". Es una táctica conciliadora, que busca reconvertir a alguno
de esos usuarios a la fe de la publicidad.
Algunos canales de televisión on line de Estados Unidos
apuestan por una estrategia parecida, aunque más tajante. Ni Hulu, un proveedor
gratuito de series financiado por publicidad, ni CBS.com permiten ver capítulos
de series a los usuarios bloqueadores. "Este vídeo no está disponible
porque no podemos cargar un mensaje de nuestro patrocinador", reza el
mensaje que el canal de televisión ha estado mostrando desde hace dos años a
quienes quieren ahorrarse los 30 segundos de un anuncio antes de ver gratis un
capítulo de The Big Bang Theory,
CSI o The Good
Wife.
Para conseguir hacer llegar ese mensaje, los medios
recurren abloqueadores de bloqueadores,
empresas que desarrollan programas que detectar qué usuarios cuentan con uno.
En el caso de la CBS, es PageFair quien presta ese servicio. Para director
general, Sean Blanchfield, las únicas alternativas —además del software— son los anuncios nativos
que se integran en su web, como los que muestra Facebook, los tuits
promocionados o las páginas sugeridas que aparecen al pie de algunos
medios.
En su pugna contra los bloqueadores, estas empresas
no necesitan contratar a genios de la programación que se han cambiado de
bando, como sí ocurre con el caso de los hackers o los programadores de virus arrepentidos. "En
realidad", describe por teléfono Blanchfield desde Dublín, "el software de los bloqueadores
apenas ha evolucionado y es relativamente sencillo. Lo que complica el problema
son unos archivos que los acompañan, compuestos de largos listados con los
servidores de los medios y las empresas de publicidad". Una "gran
comunidad" de voluntarios actualiza de continuo esos listados, que lee
luego el bloqueador.
Dos diarios alemanes llevaron a
un bloqueador a los tribunales por atacar su libertad de expresión, pero el
juez no les dio la razón
"Nos ha llevado dos años y medio contar con una
tecnología que descubra esos listados en la mayor parte de los casos",
presume el directivo. Su compañía ha asesorado a 3.400 páginas web y, además de
la CBS, es responsable de la seguridad de otros nueve medios de comunicación
incluidos en ComScore, la compañía que mide la audiencia digital de los grandes
medios en todo el mundo.
Abunda explicando cómo funcionan estos
antibloqueadores en un correo electrónico uno de sus rivales, el fundador y
director de Secret Media, Frédéric Montagnon: "Los bloqueadores de
publicidad incluyen una lista de las direcciones webs que utilizan los editores
para ofrecer anuncios. Lo que nosotros hacemos es encriptar esas direcciones
para asegurarnos de que el bloqueador de publicidad no pueda distinguir entre
los contenidos [del medio] y la publicidad". Pero lo más difícil, en su
opinión, no es hacer que el anuncio burle al bloqueador, sino asegurar que todo
el proceso publicitario funciona bien: "Medir que el anuncio se vea bien,
que llega a quienes se desea, detectar cualquier tipo de fraude [por ejemplo,
que el softwaremalicioso
aproveche el anuncio para instalarse en el dispositivo]. No se puede usted
imaginar cuántas tecnologías hay que usar para asegurarse de que un anuncio en
una pantalla llega a la gente por la que el anunciante ha pagado", afirma
Montagnon, que asegura dirigir una pequeña joven pero que ya protege de los
bloqueadores a 15 grandes grupos mediáticos en Europa y 10 en Estados Unidos.
A juicio
Alemania es la sede de Eyeo GmbH, la empresa creadora de Adblock Plus
—no hay que confundirlo con otro software de
la competencia, denominado Adblock, a secas—, uno de los bloqueadores más
descargados del mundo. El semanario Die
Zeit y el diario económicoHandelsblatt llevaron
al bloqueador a los tribunales por impedir la competencia y amenazar sus
ingresos, y solicitaban que el tribunal le impusiera medidas cautelares. En el
juicio se fue a mayores: los editores apelaban a la libertad de expresión.
Adblock Plus, en su opinión, la coartaba. El tribunal Hamburgo falló el pasado
mes de marzo a favor del bloqueador; un portavoz sacaba pecho en el blog de la
empresa e incluso animaba a los editores a desarrollar
"nuevos modelos de anuncios no intrusivos que sean útiles de verdad y sean
bien acogidos por los usuarios".
Por lo pronto, Adblock Plus hace
excepciones, previo pago, para las grandes webs. Ofrece a los
anunciantes incluirse en una lista blanca, pero están vedados, de antemano, los
anuncios que incluyan vídeos o sonidos.
¿Qué papel desempeñan las grandes agencias de
publicidad en esta guerra contra los bloqueadores? Aún no está clara su
estrategia. David Moore, el presidente del comité que gestiona el
Laboratorio del IAB, la gran asociación de las empresas de publicidad, apostó el pasado mes de julio por que "los mayores
100 sitios webs, el mismo día, impidan [ver su contenido] a
cualquiera que tenga activado el bloqueador". Tampoco descarta demandar
las compañías de software,
a pesar del fallido precedente de Alemania. Estos programas "están
interfiriendo con la capacidad de que las webs puedan mostrar todos los píxeles
que forman parte de esa web, y es defendible que haya algún tipo de regulación
que prohíba eso", señaló.
La IAB también plantea medidas más suaves, como que
los anuncios consuman cada vez menos tiempo de carga. Las webs obligan, sin que
el usuario sea siempre consciente, a descargar archivos para mostrar las
imágenes o enviar información estadística. Las de los medios son especialmente
pesadas: el periodista Frédéric
Filloux, uno de los fundadores del diario 20 Minutes, ha medido los megas que se ahorra el usuario de medios
que bloquea los anuncios y otrasinstancias que ejecuta la página web. Los lectores
del New York Times se
ahorran un 20%; los del Huffington
Post, un 57%; los de BuzzFeed y The Guardian, más de un 70%.
Una "gran comunidad" de
voluntarios actualiza de continuo los listados de las webs que sirven
publicidad; son los que lee luego el bloqueador, para borrarlos
Algunas posibilidades es que los medios ofrezcan a
los usuarios algunas modalidades de acceso restringido a sus contenidos a
cambio de acceder a la publicidad. Pero en esta caza del gato y ratón los
bloqueadores también aprenden: 1Blocker, una
de los suplementos de iOS 9, presume de reducir la descarga de datos a la mitad en la mayoría de las
grandes web, intentando atraer a los usuarios atentos en el uso de
sus datos y del consumo de batería.
Los enemigos de la publicidad invasiva también cuentan
con su propio apóstol. Marco Arment ,el autor de la app Peace, un bloqueador, escribió
un manifiesto defendiendo
el carácter ético de estas herramientas. Sin embargo, acaba de retirar la
suya de la Apps Store, arguyendo que puede dañar a quien no lo
merece.
Por lo pronto, Adblock Plus hace
excepciones, previo pago, para las grandes webs. Ofrece a los
anunciantes incluirse en una lista blanca, pero están vedados, de antemano, los
anuncios que incluyan vídeos o sonidos.
¿Qué papel desempeñan las grandes agencias de
publicidad en esta guerra contra los bloqueadores? Aún no está clara su
estrategia. David Moore, el presidente del comité que gestiona el
Laboratorio del IAB, la gran asociación de las empresas de publicidad, apostó el pasado mes de julio por que "los mayores
100 sitios webs, el mismo día, impidan [ver su contenido] a
cualquiera que tenga activado el bloqueador". Tampoco descarta demandar
las compañías de software,
a pesar del fallido precedente de Alemania. Estos programas "están
interfiriendo con la capacidad de que las webs puedan mostrar todos los píxeles
que forman parte de esa web, y es defendible que haya algún tipo de regulación
que prohíba eso", señaló.
La IAB también plantea medidas más suaves, como que
los anuncios consuman cada vez menos tiempo de carga. Las webs obligan, sin que
el usuario sea siempre consciente, a descargar archivos para mostrar las
imágenes o enviar información estadística. Las de los medios son especialmente
pesadas: el periodista Frédéric
Filloux, uno de los fundadores del diario 20 Minutes, ha medido los megas que se ahorra el usuario de medios
que bloquea los anuncios y otrasinstancias que ejecuta la página web. Los lectores
del New York Times se
ahorran un 20%; los del Huffington
Post, un 57%; los de BuzzFeed y The Guardian, más de un 70%.
Una "gran comunidad" de voluntarios
actualiza de continuo los listados de las webs que sirven publicidad; son los
que lee luego el bloqueador, para borrarlos
Algunas posibilidades es que los medios ofrezcan a
los usuarios algunas modalidades de acceso restringido a sus contenidos a
cambio de acceder a la publicidad. Pero en esta caza del gato y ratón los
bloqueadores también aprenden: 1Blocker, una
de los suplementos de iOS 9, presume de reducir la descarga de datos a la mitad en la mayoría de las
grandes web, intentando atraer a los usuarios atentos en el uso de
sus datos y del consumo de batería.
Los enemigos de la publicidad invasiva también
cuentan con su propio apóstol. Marco Armenta el autor de la app Peace, un bloqueador, escribió
un manifiesto defendiendo
el carácter ético de estas herramientas. Sin embargo, acaba de retirar la
suya de la Apps Store, arguyendo que puede dañar a quien no lo
merece.
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